NoticiasEstados Unidos
19

Testigos de Jehová demandan a periodista por «Espionaje»

Testigos de Jehová
Escucha este articulo (5:33 Min)

En una reciente batalla legal que pone en tensión los límites entre la privacidad, la libertad de prensa y la denuncia de abusos dentro de comunidades religiosas, los Testigos de Jehová han demandado al periodista y exmiembro Mark O’Donnell. La organización religiosa, conocida por su estricta disciplina y políticas de privacidad interna, acusa a O’Donnell de haber violado leyes de privacidad y comunicaciones, exigiendo una compensación millonaria por daños.

Antecedentes del conflicto

Mark O’Donnell ha sido durante años un crítico destacado de los Testigos de Jehová. Desde su salida de la organización, se ha convertido en una voz fundamental para denunciar abusos sexuales infantiles y el encubrimiento sistemático dentro de las congregaciones de esta organización. O’Donnell ha colaborado activamente con autoridades judiciales estadounidenses, especialmente con la oficina del fiscal general de Pensilvania, Josh Shapiro, quien lideró una extensa investigación sobre abusos sexuales en diversas instituciones religiosas.

Esta investigación reveló, entre otros aspectos alarmantes, que los Testigos de Jehová poseen extensos registros internos sobre casos de abuso sexual infantil, registros que tradicionalmente se han negado a compartir con autoridades civiles. Esta negativa ha contribuido, según activistas y autoridades, a perpetuar ciclos de abuso, permitiendo que agresores conocidos continúen ejerciendo cargos dentro de la organización y en contacto directo con menores.

La llamada que desencadenó la demanda

El punto central del conflicto actual surge de una videollamada realizada en febrero de 2023, organizada por representantes legales y dirigentes de varias congregaciones en el condado de Montgomery, Pensilvania. El objetivo de esta llamada privada era discutir estrategias legales frente a la investigación del fiscal general Shapiro. Sin embargo, O’Donnell obtuvo acceso a esta reunión por invitación directa de uno de los participantes, quien compartió con él las credenciales necesarias.

Durante la videollamada, que fue posteriormente comentada por O’Donnell en su canal de YouTube, los líderes religiosos discutieron temas sensibles como la gestión y conservación de documentos internos, así como posibles acuerdos legales para manejar la investigación en curso. Aunque el video de O’Donnell fue eliminado tiempo después, la organización consideró que su participación constituyó una violación grave de privacidad y un acto ilegal de espionaje.

La demanda millonaria y sus implicaciones

Los Testigos de Jehová exigen una indemnización de 2.8 millones de dólares en la demanda interpuesta contra O’Donnell. Argumentan que su participación no autorizada en la llamada no solo violó las leyes de privacidad, sino que también provocó un daño significativo a la reputación de la organización, dificultando futuras comunicaciones confidenciales con sus asesores legales.

No obstante, esta demanda ha despertado fuertes críticas y sospechas de que se trata de un intento por silenciar al periodista más que de una genuina preocupación por la privacidad. O’Donnell sostiene firmemente que su participación fue legítima debido a que fue invitado, y que no cometió acto alguno ilegal. Asimismo, resalta que la organización no manifestó preocupación inmediata tras el incidente, sino hasta meses después, en lo que podría considerarse una maniobra estratégica.

Protección de fuentes y libertad de prensa

Un aspecto crítico del caso, que ha generado especial atención entre organizaciones de defensa de la libertad de prensa, es la exigencia por parte de los Testigos de Jehová de que O’Donnell revele la identidad de todos los miembros de la organización con los que ha tenido contacto durante los últimos cinco años. Este pedido ha sido considerado como una grave amenaza a la confidencialidad de las fuentes periodísticas, un derecho fundamental protegido por diversas leyes estadounidenses y por convenciones internacionales sobre la libertad de expresión.

Mark O’Donnell ha manifestado públicamente su negativa a revelar sus fuentes, subrayando que hacerlo socavaría gravemente su integridad como periodista, además de poner en peligro a quienes, desde dentro de la organización, buscan denunciar abusos y prácticas perjudiciales.

¿Justicia o intimidación?

Este caso plantea preguntas fundamentales sobre la dinámica entre instituciones religiosas cerradas y quienes buscan exponer prácticas potencialmente dañinas. Mientras la organización religiosa argumenta que se trata de defender legítimamente su privacidad y la integridad de sus comunicaciones internas, muchos críticos ven en esta demanda un intento claro de intimidar y silenciar voces críticas.

La denuncia pública de abusos en instituciones religiosas, particularmente en contextos cerrados como el de los Testigos de Jehová, depende significativamente de periodistas y activistas capaces de proteger sus fuentes y operar sin temor a represalias legales.

Este litigio podría establecer precedentes importantes, no solo respecto a la transparencia dentro de organizaciones religiosas, sino también sobre hasta qué punto pueden estas instituciones utilizar el sistema judicial para protegerse de críticas legítimas y necesarias.

Para más detalles sobre este caso y acceder a recursos adicionales, puedes consultar el artículo original en inglés aquí y el análisis detallado disponible en el podcast Friendly Atheist.

Quizas te interese leer sobre el secreto de confesión en Washington

More Similar Posts

Most Viewed Posts